La última serie de fotos del viaje a África de Dulceida da vergüenza ajena. Las imágenes de la influencer reflejan el salvacionismo y los tópicos racistas sobre el continente africano.
Sólo unos días después de comentar la relación entre racismo y LGTBIfobia, Dulceida publica en su cuenta de Instagram unas polémicas stories. Su frívola felicidad transmite cuáles son las preocupaciones de la modelo -ninguna- hacia el grupo de jóvenes al que fotografía.
La foto y la reacción de las redes sociales
La influencer está de viaje promocional en el sur de África con una conocida academia de idiomas. Aprovechando la estancia, viajó hasta la reserva keniata de Masái Mara. En ella, visitó un poblado masái donde fotografió a su chica mientras les preparaban el desayuno. También regaló unas gafas de sol a varios chicos, a quienes mostró en su cuenta.
Dulceida va a un poblado que está apunto de quedarse sin agua.
Lo que podría hacer: una recolecta de dinero y ayudarles tipo ONG
Lo que de verdad hace: regalarle gafas y subirlo al story pic.twitter.com/IdI95WzEo3
— Essential Boy 🥀 (@EssentiaIBoy) April 1, 2018
El complejo de la salvadora blanca
Desde que Dulceida publicó su vivencia, los comentarios en Twitter se sucedieron. Como es habitual, los datos sin contrastar, el límite de caracteres y las hordas de haters se hicieron notar. No obstante, varias personas pudieron explicar por qué se equivocó la modelo.
Lo que ha pasado hoy con Dulceida ya tiene un nombre y desgraciadamente es bastante común: el complejo del salvador blanco.
— Carlos Entenza (@imcarlosentenza) April 2, 2018
El complejo del salvador blanco tiene mucho que ver con el “turismo solidario”. También llamado “volunturismo” o “salvacionismo“, la población blanca, rica y occidental viaja a países del Sur (África, Sudamérica o Asia) para regalar “un poco de felicidad” y sacarse unas cuantas fotos rodeados de locales.
En este caso, en vez de colaborar con actividades organizadas por quienes conocen los problemas de la comunidad, Dulceida se marchó de safari. ¿Habría regalado gafas a menores y los habría fotografiado en Las Ramblas de Barcelona? Hubo quienes “afilaron” sus teclados para remarcar lo racista del regalo:
Como respuesta a lo de Dulceida, mañana estaré a las siete en la FNAC de Callao disponible para quien quiera hacerse fotos con una persona negra. Llevaré el look de niño pobre sonriente que tanto os gusta y podréis elegir vuestro paisaje africano favorito con el croma.
— Moha Gerehou (@mohagerehou) April 2, 2018
Para terminar, la defensa de Dulceida da vergüenza ajena. Todo lo que emite un personaje público es digno de juicio: lo único que demuestran sus stories y sus reacciones es cómo una persona irreflexiva puede contribuir al racismo. La máxima del “vive y deja vivir” de la badalonesa frente a las críticas esconde, de hecho, una actitud aún más nociva:
El “vive y deja vivir” o cómo cala el liberalismo hípster: no te involucres, no te interpongas, no hagas, no te muevas, desentiéndete, nada va contigo. Cuidado con el buenrollismo cool: tiene un envoltorio que mola pero no es más que apología del individualismo.
— Michelle Per Saη (@MichellePerSan) April 2, 2018